El Bengala es un felino híbrido resultado del cruce entre un gato doméstico y un gato leopardo Es de origen estadounidense, donde en 1963 se cruzó, con intervención humana, un gato doméstico y una gata bengala. Su nombre es el derivado del nombre científico de la madre Los huesos del Bengalí son pesados, son musculosos y su estructura es muy robusta. Es un gato de gran tamaño, con unas dimensiones de hasta ocho o nueve kilos en los machos, mientras que las hembras sólo alcanzan los tres kilos y medio. La cola de este felino, es gruesa y de tamaño medio con cuartos traseros más elevados. La cabeza es ancha, redondeada y levemente acuñada y las mandíbulas son fuertes y anchas.
La nariz ancha y larga y de piel color teja y está perfilada con una delgada línea negra. Las orejas pequeñas, como las del leopardo asiático, ya que se busca fiereza en su aspecto. El bengalí tiene unos ojos dignos de mencionar: su color es amarillo verdoso y su forma es almendrada. El manto y el pelo del bengalí son los motivos de la creación de esta raza y, por ello cabe profundizar en su peculiaridad. Su pelo se aplasta sobre el cuerpo y es corto, suave y espeso, a la vez que delicado. Como consejo, es recomendable pasarle un paño por el manto para que el pelo no se quede apelmazado El gato Bengalí aunque parezca raro, es un gran nadador. Esta cualidad, insólita en la mayoría de los gatos domésticos, es una herencia genética legada por su antepasado salvaje, que se caracteriza por sus grandes cualidades de pescador y nadador.
Los rasgos más destacables de su carácter son su gran hiperactividad y curiosidad, al igual que sus insaciables ganas de juguetear y su sociabilidad.
Aunque su origen se encuentra en un gato salvaje (el Felis Bengalensis, un tipo de leopardo pequeño), el gato bengalí es cariñoso y muy cercano a su dueño, suelen seguirte por la casa, te esperan a la puerta cuando vuelves del trabajo.
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